Cada vez más personas tienden a olvidarse del sentido común y sobre todo las buenas maneras cuando deben compartir espacios restringidos. El gimnasio a veces parece que pone en evidencia lo peor de nosotros.
Por ejemplo, en el gimnasio parece que algunos se creen en su propia casa y no en un lugar público, que se comparte con otros, a los que hay que respetar.
7 Comportamientos que debes evitar en el gym
1. Dejar las pesas y otros útiles tirados por cualquier sitio
Otra forma segura de crearse enemigos en el gimnasio es no es devolver las pesas y otros aparatos una vez que termine de usarlos a su respectivo lugar, y obligar a los demás a buscarlos por todo el gym.
2. Pasarse el tiempo hablando y riendo a gritos con los amigos
Estamos de acuerdo en que en el gimnasio se debe intentar disfrutar y que todo es más llevadero si lo compartes con compañeros, pero la sala de entrenamiento no es el bar, ni el salón de tu casa.
Cuando alguien va a hacer deporte, debería centrarse en ello. Puede resultar desagradable estar hablando a voces como si estuviéramos en una discoteca porque a los demás no les importa y, además, pueden desconcentrarse.
3. Utilizar los aparatos de modo inapropiado
No hay nada peor que el equipo utilizado de manera diferente a lo que es su propósito. En otras palabras, el press de banca se utiliza para tumbarse a levantar pesas y no para no sentarse para comprobar Facebook en el móvil o para descansar entre un ejercicio y otro. Si no vas a utilizar un aparato concreto, en particular, mejor déjalo libre para que otro pueda usarlo.
4. Mirar a los otros para competir con ellos
Más que un comportamiento maleducado, esto entra en el ámbito del conflicto interpersonal, pero no por eso resulta menos fastidioso. Aunque la tentación de observar a los otros para ver cuantos kilos levantan es fuerte, mejor concentrarte en tus propios objetivos. Esto es fundamental sobre todo para aquellos que empiezan en el gimnasio, y que podría usar como desafío lo que hacen los más veteranos.
5. Monopolizar los aparatos
Además de lo ya dicho sobre el dejar en desorden los aparatos, es también intolerable monopolizar los aparatos como si fuesen de nuestra propiedad. En el gimnasio la costumbre es compartir los aparatos disponibles de manera que todo el mundo pueda tener acceso a ellos. En la mayoría de los gimnasios, el uso de las máquinas está restringido a un máximo de minutos, pero siempre hay alguien especialista en rebasarlo o en acaparar varios juegos de pesas que no necesita.
6. Usar el teléfono inapropiadamente
El móvil en el gimnasio puede ser útil para escuchar música o nuestro podcast favorito, lo que significa que de vez en cuando se pude mirar la pantalla para cambiar de canción o responder un mensaje rápido. Pero pasarse el tiempo navegando por internet, revisando redes sociales y chateando… eso ya es muy diferente, porque así solo se hace perder tiempo a los demás ocupando aparatos sin hacer nada de provecho.
7. Compartir la música con el resto del mundo
Casi todo el mundo en el gimnasio usa los auriculares para escuchar música, esa música que tanto estimula durante el entrenamiento, pero hay otros prefieren usar los altavoces, y para colmo de males ponerse a cantar. Lo educado es no arriesgarse a molestar a nadie y escuchar música por los auriculares, a nadie le interesa saber lo que estás escuchando.